Ayer decidí ordenar mi espacio personal. Como siempre lo hago comienzo con un sin fin de clasificaciones generales : ropa, libros, música, papeles, etc. Como siempre pasa, sobre el final me encontré con una montaña de objetos que no supe como clasificar.
Accione, metí todo eso inclasificable dentro de una bolsa, ya no era inclasificable, ahora era basura en una bolsa.
Siempre pasa, cada vez que se pretende instalar un orden quedan restos del pasado inmediato. La vieja etapa nos deja sobras inclasificables e inservibles que no tienen otro fin que ocupar espacios.
Todo puede clasificarse, por mas que se esconda o se tire seguirá ocupado espacio. Descubrí que el orden no es un desplazamiento de objetos o piezas que comienza cuando se genera un espacio vació. El orden no es un espacio, es un atajo en el tiempo, un movimiento simultaneo de cierre y apertura, para salir del pasado e instalarse de lleno en el presente.
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