domingo, 17 de junio de 2007
Dijiste poder ser lo que quieras ser.
Te vi bailando entre lunas y estrellas a centímetros del suelo. Trepándote como serpentina por el tronco de mi cuerpo te abrazaste suave en mi cuello con tu boca. Asfixiaste mis palabras con tu lengua y gemiste el aire suficiente para no ahogarme en tu sudor. Susurraste libido en el umbral de mi oído sembrando toda mi piel de excitación. Desataste mi instinto con tus dedos para enredarte en mi mirada. Extendiste mi alma en tu cama y te erguiste firme sobre ella. Abrigaste mi sentido con tus piernas una y otra vez. Prolongaste el tiempo en la cima de tu antojo. Precipitado, caí planeando entre sueños de vigilia para aterrizar despeinado entre tus piernas. Cosechaste mi fantasía en el cuenco de tus manos para beberla hasta la ultima gota. Una palabra broto mas allá de los gemidos. Te vi dormirte entre burbujas de colores perfumados, caracoles de vidrio y sonidos espejados.
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